domingo, 29 de junio de 2008

Por fin

Por fin ha ocurrido, las gruas parecen paradas, los carteles de "En venta" se multiplican.
Solo me joden dos cosas, que no ocurriera antes de que os cargaseis la costa y que al final pagaran el pato los de siempre. Los obreros sin trabajo, mientras vosotros acudireis con vuestros coches a llorar la subvención de turno a aquellos a los que enriquecisteis. Y que por su puesto os complacerán, por interes propio por supuesto, cooncediendoos obras inútiles y costosas con cargo al bolsillo de todos los ciudadanos que pagan impuestos.
Lo malo es que no va a servir de nada, tropezaremos una y mil veces con el mismo ladrillo.
Y para que conste, pase una tarde estupenda patinando en una carretera nueva, recien asfaltada y cerrada al tráfico. Pero me lo hubiera pasado igual de bien, en realidad mucho mejor, con mi bici por los caminos y prados por los que antes podía pasar y que ahora habeis enterrado bajo asfalto.
Por no hablar de como habeis dejado el paseo del río y las casas que permitisteis construir a medio metro del cauce, tengo unas ganas locas de que se desborde, y a cuyos vecinos ofrecereis en cuanto inagureis la nueva circunvalación, con el protocolario corte de cinta, vino español y afotos de rigor, la incomparabe vista de los coches circulando a la altura del primer piso.
Hala que os aproveche

Ninguna gilipollez es respetable. Lo único respetable es el derecho de cada cual a expresar cualquier gilipollez. Tan respetable como, acto seguido, el derecho de los otros a llamarlo gilipollas.
Arturo Perez-Reverte